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מארי

¡¡¡"LA VOZ DE MI AMADO QUE LLAMA"!!!

Soy negra, pero graciosa, oh, hijas de Jerusalén.
Así canta la mujer shulamita en el Cantar de los Cantares. 

Porque es la novia de primavera, la representante de la gracia de Asherah en forma humana. Comparte con las mujeres de Jerusalén sus secretos y les da la bienvenida a sus brazos. Las que entran se convierten en sacerdotisas de la tradición nazarena, o sea, la tradición oculta. 

Son conocidas con el sagrado nombre de María.

La líder de estas mujeres, la que es perfecta en su sabiduría y gracia, es la pastora del ganado. Sólo una mujer recibirá el título de Magdalena, mientras todas las demás Marías servirán a su lado. 

Negro es el color de su sabiduría, pues ha sido oscurecido y escondido tras el velo, de forma que sea inaccesible a los no iniciados.



Huerto eres cerrado, hermana mía, novia, huerto cerrado, fuente sellada.

Mi amada es la Virgen Negra, la Señora Escondida. No obstante, ella ha elegido la mejor parte, es la encarnación de la compasión en la tierra, es la Consoladora. Mi esposa está atrapada en un huerto cerrado, su fuente de sabiduría sellada y condenada por las mentes clausuradas de los hombres que han alejado sus corazones del Espíritu Santo, la Paloma Sagrada.

Hasta que no sea liberada, no habrá paz sobre la tierra.

Éste es el apocalipsis que se acerca, lo cual significa literalmente el desvelamiento de la Esposa. Para salvarnos, hemos de comprender la verdadera interpretación del apocalipsis. Y hemos de darle la bienvenida.

El velo ha de ser levantado, y revelado el rostro de la Esposa. Porque ella es Asherah, la amada de El, que regresa a través del tiempo en diversas guisas, para unirse con su Esposo. 

Ella es la reina de Saba, es María Magdalena, y es todas las mujeres que luchan por la armonía que concede la reunión: masculino y femenino, así en la tierra como en el cielo.

Paloma mía, en las grietas de la roca, en escarpados escondrijos, muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz porque tu voz es dulce, y gracioso tu semblante.

Es misión de todos los hombres que desean servir a Dios con todo su corazón, mente y alma levantar este velo. Depende de nosotros permitir que la Esposa muestre su adorable semblante y deje oír su voz, que es una melodía de unión.

Hemos de despertar en este cuerpo, pues todo existe en él.
Hemos de dejar que la Esposa se abra a nosotros, nos reciba y comparta su sabiduría perfecta mediante nuestra reunión.

Yo dormía, pero mi corazón velaba.
¡La voz de mi amado que llama!
¡Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, mi perfecta! 

El Cantar de los Cantares, el regalo de Salomón y su amada reina de Saba, es la salvación de la humanidad. Contiene la gozosa reunión de nuestro Padre y nuestra Madre en los cielos, mediante sus queridos hijos de la tierra. Contiene las semillas definitivas de la sabiduría y el amor. 

Mi amada es mía, y yo soy suyo.
Ella ha elegido la parte buena, que no le será quitada                                                                                                                                                                                                                      
                                                                                  Cantar de los Cantares
                                                                           Salomón

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